La académica e investigadora María de los Ángeles García fue parte de la reunión anual de la Sociedad de Ciencias Fisiológica que se realizó durante el mes de noviembre. En ella, participó con un plenario hablando en profundidad sobre las señales nutricionales generadas por la glía que impactan en el comportamiento alimentario.
Por Valentina Luza Carrión / Ciencia en Chile.-La importancia de la investigación que la Dra. lleva a cabo, y que explicó en profundidad en la instancia, radica a que posee connotaciones que pueden llevar a lo aplicado. Una de las mayores novedades es la idea de que la célula glial genera localmente señales que impactan, por ejemplo, en las neuronas que regulan el comportamiento alimentario.
¿Pero esto qué significa? ¿Y qué es la célula glial? Ángeles explica que existen varios tipos de células gliales que residen en el cerebro y que ella en particular estudia las tipo glía radial del hipotálamo que tienen características morfológicas únicas.
“Son capaces de proliferar y dar origen a neuronas que inducen saciedad, regulando el comportamiento alimentario de forma de mantener el peso corporal, como un mecanismo compensatorio a una dieta alta en calorías”, detalla al respecto.
Para entender en mayor detalle, la investigadora explica que estas células gliales se denominan tanicitos y forman las paredes del tercer ventrículo por lo que además de contactar el líquido cefalorraquídeo contactan a las neuronas que inducen el hambre y la saciedad.
“Nosotros hemos probado que estas señales nutricionales generadas por los tanicitos cuando uno se alimenta producen un determinado metabolito que se llama lactato y ese informa a las neuronas activándolas para inducir saciedad”, explica.
Algunos hallazgos e indicios relevantes
Al respecto, la doctora comenta que la investigación desarrollada en el laboratorio de Biología celular de la UdeC, comprobó que las neuronas que producen saciedad son activadas por este metabolito y además que “En ayuno los tanicitos también producen y liberan otras señales nutricionales que informan a las neuronas sobre la baja energética, para inducir hambre”.
Y agrega: “Esta señal es el beta hidroxibutirato y lo que nosotros demostramos es que inhibe a las neuronas que inducen saciedad y estimula a las que inducen hambre, entonces es un circuito cerrado(…) usamos demostraciones que van desde la electrofisiología hasta el comportamiento”.
Esto, en sus palabras, llevó a ella y su equipo a publicar varios artículos científicos donde evaluaron comportamiento animal gracias a un sistema que les permitió medir parámetros de microestructura y macroestructura de la ingesta.
“Estas dos señales nutricionales generadas localmente por la glía activan o inhiben las neuronas y además nosotros inhibimos la expresión y función de los transportadores involucrados en la salida de estas señales específicamente enlos tanicitos y detectamos alteraciones en la ingesta alimentaria”, explica.
La importancia de conocer estas señales es que se llega a entender los mecanismos y al entender estos mecanismos, se pueden generar terapias farmacológicas”.
Lo que proponen desde el equipo es un blanco farmacológico: “Esto sería inhibir la interacción entre proteínas que controlan el circuito permitiendo entonces la génesis de más señales que inducen saciedad para inhibir la ingesta alimentaria”.
Sobre la instancia de participación en el encuentro anual, la Dra. María de los Ángeles, comenta que lo que más se rescata de la instancia es el intercambio de conocimiento con colegas y con alumnos de diversas universidades y contestar sus inquietudes.
“La cantidad de preguntas que hicieron fue maravillosa. Hoy la sociedad de ciencia fisiológica tiene una visión más integral. Para mi trabajo esta visión integral es súper importante porque amplía los puntos de vista”, expresa.
Además, una de las más importantes es poder combatir la obesidad ya que es considerada una enfermedad endémica que afecta con gran impacto al país.
“Queremos diseñar una terapia que permita controlar la obesidad, y por sobre todo traspasar el conocimiento a los jóvenes para que ojalá desde el colegio puedan tomar conciencia de los riesgos para la salud que implica la obesidad y el sobrepeso”, agrega.
Desde su perspectiva, uno de los mayores desafíos de la fisiología es lograr una mirada integrativa entre profesionales de todas las edades: “Es lo que necesitamos sobre todo en este tiempo que hablamos de trabajos multidisciplinarios, aquí la fisiología tiene mucho que entregar”, finaliza.